En este enrarecido proceso electoral cada quien está jugando e imponiendo sus propias reglas; los juegos peligrosos en que han caído los magistrados del Jurado Especial Electoral (JEE), el Poder Ejecutivo, el Congreso de la Republica, los partidos políticos, metiéndose por entre los palos las empresas encuestadoras como invitado indeseable, incluso, como lo denunciara el líder de Perú Posible con la participación desde la cárcel de Vladimiro Montesinos; claramente todos están atentando contra el estado de derecho, haciéndole un flaco favor a la tan alicaída democracia que dicen propiciar. Por un lado el JEE sanciona a Cesar Acuña y Julio Guzmán por diversos motivos; pero que sin embargo en el caso concreto de Cesar Acuña no mide con la misma vara las denuncias contra la candidata Keiko Fujimori y que son mucho más graves y escandalosas, ante tal actitud poco menos que sospechosa, no se hizo esperar la reacción indignada de la ciudadanía en general manifestando su rechazo no solo contra Keiko Fujimori, sino que también contra el JEE.

No hay que perder de vista al APRA; para nadie es un secreto que el JEE, el Poder Judicial, este copado con gente con estrecha ligazón al partido aprista y al entorno de keiko Fujimori, y siempre detrás, agazapado entre las sombras la CONFIEP manejando los hilos para imponer su voluntad, cabe la pregunta: ¿Qué extrañas fuerzas están ensuciando este proceso electoral?

No cabe duda que en estos juegos peligrosos por imponer su posición, cada quien está jalando agua para su molino, es así que el poder ejecutivo desde el balcón observa, y detrás de bambalinas está moviendo sus fichas, sino, ¿Cómo se explica que saquen de la carrera electoral a su alfil Daniel Urresti? y, quien quita, que dado el ensombrecido proceso electoral, las extrañas maniobras que todo mundo hace en torno a este proceso electoral, y el clima exacerbado de la población que todos atizan, con razones y argumentos más que suficientes el pusilánime Poder Ejecutivo este tentado a patear el tablero y posponer este proceso electoral viciado, Ojo al piojo.